Samstag, Dezember 02, 2006

muchos años después


Muchos años después, frente al pelotón de manifestantes, tuve que recordar el día en que mi padre me llevó a ver Berlín. Llegué de nuevo a esta ciudad recta e invisible, taimada y amplia y nueva muchos años después que el comercial de corbatas para ahorcarse que era mi padre me enseñase por primera vez un tipo de lugar tan diferente al que estaba acostumbrado yo entonces.
Buscaba, esa segunda visita, mía sola, sin padre ni corbatas, ni visitas a antiguos establecimientos de suicidas grises, a las musas de mi inspiración porque quería ser un escritor bohemio e intrigante en busca de sublimeces, quería recuperar aquella materia prima de la que están hechas las quimeras y las grandes historias épicas. Buscaba en mi vida un argumento para mi mundo de papel. Todo eso y sólo eso buscaba cuando bajé del U-Bahn en Janowitzbrüke y observé ante mi las banderas comunistas y la cara del che de Korda versionada y múltiple, aburrida de posar. La muchedumbre, mancha roja murmurante, recorría una serie de amplias calles colosales, de ese estilo propio del mamotreto socialista. Una inmensidad de ciudad donde las estrechas calles de mi querido y nunca bien ponderado Raval no tenían cabida. Berlín se extendía en su amarga realidad en declive justo después de que se hubiesen abierto las primeras brechas del telón.
Quise ser melancólico y nostálgico para buscar una línea argumental y cogí tuberculosis sin saber porqué ni de donde venía, como un misterio que nadie me supo explicar apareció en mis pulmones decimonónica y absurda la enfermedad y el esputo. De pronto un día de lluvia vomité mi primer charco de sangre coagulada enfrente de la puerta de Brandemburgo en el momento en que un loco de negro cuero blasfemaba al cielo a diez metros de mí. Años después recordando aquel momento no dude en comprender que aquel hombre que maldecía a su Dios, sin duda y en mi lengua, no era otro que el Diablo nuevamente expulsado del cielo infinitamente en cada ciudad cada día en que la enfermedad andaba cerca de cualquier poeta.